jueves, 5 de mayo de 2011

Carta a María

Sueles ser más inteligente y menos diplomática que yo. Los absurdos inventados no fueron mas que un recuerdo adolescente de los años primeros, aquellos cuando nos conocimos. Ahora, todo es diferente. Somos diferentes.

Nada ha cambiado por acá, solo que cada vez estás más lejos. Mientras afinaba las pocas cuerdas de mi guitarra, acordé junto con ella mandarte a kilómetros de aquí, allá donde alguien más disfrute de tus huesos. Vieras qué mierda hay bajo mi cama, me he hecho historias tan dramáticas, tan insultantes, tan indignas, que saltan al recuerdo para hacerme estallar en ira y aviento todos mis zapatos bajo esa cama donde muchas veces te cobijé de madrugada.

No, no me has hecho falta. Nunca has estado más cerca de estar lejos como ahora. Sí, siempre estuviste lejos, distante; ausente. No podría enumerar los libros llenados de besos febriles cuando por primera vez me hiciste tuya aún sin estar aquí. Y ni ahí me haz hecho falta. Tampoco puedo enumerar las lunas que nos vieron sin ropa sobre muchas paredes, sobre muchas calles; y tampoco en esas calles, me haz hecho falta.

Ayer quería escribirte muchas letras y palabras juntas. Pero envidié tanto tus creaciones que me sentí estática sobre dos ruedas de papel, y me detuve. ¿Cuánto cielo nos hizo falta para acortar el mundo siendo el mismo techo? ¿Qué distancias no se han hecho grandes estando en la misma cama?

¿Recuerdas cuando nos prometimos amor? En silencio se hacen sombras más exactas pues son las únicas acompañantes de madrugada. No pudo ser perfecta la conjugación de todos los verbos vividos contigo. El universo entero nos cedió su paso. Nos rompimos el viento en millones de partículas acordonadas en sueño, siempre emulando todo.

Adoro leernos de vez en cuando. Sigo creyendo en todo lo nuestro, en el paso desmedido de los días mientras parecen años. Desde mi escaparate veo lo que es de ti, de aquella mujer tan fuerte que aun no aprende a correr.

Si supieras cómo me hablan de ti, de qué forma te traen, y yo; simplemente sonrío.
Fuimos agua, tierra, fuego, ahora simplemente somos aire. La imperfección no sólo se da en tiempos verbales, también se da en carreteras y ventanas. También se dieron en nostras.

4 comentarios:

  1. Te puedo contar que lloré, que crei que me conocías y que estabas contando algo que ya me sé. ¿Qué distancias no se han hecho grandes estando en la misma cama?... dices tú. La mía no se llama María, pero la luna es la misma y también nos cubrió, la extraño tanto aunque la tengo a mi lado. Mientras, me dice que me ama y me vuelvo a enredar en sus piernas más engañada que nunca. A mí a diferencia tuya, sí me hace falta, en todos lados. Sueño con pronto dejar de necesitar.

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  2. Te leí hace horas, aún así desperté temprano para volverte a leer. Para mí, es fascinante verte siempre entre esas letras; "envidié tanto tus creaciones que me sentí estática sobre dos ruedas de papel, y me detuve", me pasa lo mismo contigo, no tienes que envidiar lo que posees de sobra. Quisiera poder tener esa capacidad de escribir que tienes tú.

    Te admiro, demasiado. Lo sabes.

    Dios te bendice, siempre. Te beso.

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  3. No mames, escribes con madre. Me pasó algo así. Un saludo. Te sigo en twitter.

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  4. Wow escribes muy bien me encanto ;)

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