sábado, 6 de octubre de 2012

Despedida anunciada

Después de amarnos tanto -porque no le puedo poner otro nombre al revoltijo de colchas sobre la cama- te irás.  Acomodarás tu cabello de lado y partirás como soldado enviado a guerra sin fusiles en la bolsa.  

Es verdad que no hay arte sin herida, noche sin día, raspón sin herida, amigo sin brazos, café sin moler, amor sin despedida, ni yo sin guitarra.  

Pero, ¿ahora qué sigue? Seguramente abriré puertas y ventanas para echar por ellas todo tu olor y tus risas.  

Y entonces me faltará el aire -valor- para decirte: 

¿A 
dónde
te
 fuiste?
¿A 
caso
no 
ves
lo 
mucho
que 
has
hecho 
dentro 
de
este
pecho, 
mujer 
m
u
j
e
r?




No hay comentarios:

Publicar un comentario