domingo, 27 de enero de 2013

La mecedora


No recuerdo si estábamos dormidos o despiertos.  
No recuerdo si era octubre o marzo. 
No recuerdo qué color llevabas en los ojos; si el de la tristeza o el de los árboles secos. 
No recuerdo cómo eran las uñas de tus pies.
No recuerdo cuántos muertos ya habíamos enterrado juntos. 
No recuerdo si eran ocho o veinte los ramos de flores en la sala; perdí la cuenta. 
No recuerdo si llovía o era soleado el día. 
No recuerdo si te quedaste más de cinco minutos o seis días. 
No recuerdo si lloré o era tu boca la que me lamió las ojeras. 
No recuerdo si nos despedimos. 
No recuerdo de qué se manchó mi camisa cuando me llenaste de besos. 
No recuerdo por qué te fuiste. 
No recuerdo si me regresaste el libro de Ana Karenina o el de recetas de cocina. 
No recuerdo si Madame Bovary se salvó de tus ojos como no del suicidio. 
No recuerdo para qué me pediste mermelada de tamarindo. 
No recuerdo cuándo el mundo se volvió menos habitable y más reconroso. 

No recuerdo muchas cosas; sin embargo de algo tengo seguridad: nos amamos. 

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