domingo, 24 de marzo de 2013

Quiero besarte

Arriba de mi cabeza duermes mientras yo abajo de tu espalda siento el amor más acomodado en trodo mi cuerpo.
Debes saber que te quiero antes de asomar otra vez mi cara al mundo otro día.  No es sencillo quererte solo con diez dedos, cuando tienes más de veintinueve años.  Hablo con la lengua que conoces de punta a punta, con esa que te metes a la boca para decir ya es de mañana.  Entonces te escribo para decirte cuánto he de quererte como ahora te quiero.

Mereces el sol por las mañanas y el pan caliente bajo los dientes, una regadera tibia sobre el pecho, dos calcetines limpios a diario y una sombra para los días calurosos.  Eres una excentricidad del Universo y él te llama a saludar los pies por cada calle que tuvo la suerte de portar para ti cualquier terreno.  No hablo de amor entre tus ropas porque sería hablar de temperatura dentro de un volcán joven y atrevido a succionar los pueblos al rededor de él.  Hablo de mí para que así no olvides recogerme a menudo de una cantina sorda en una ciudad que no es la mía.

Quiero besarte hasta que mi boca deje de abrirse para este mundo.