sábado, 18 de mayo de 2013

Gritar

Tengo tres días triste.  Es irónico pero, me siento como una maceta en el último piso de un edificio elegante. Me siento con tantas ganas de escupir letras y las ideas se me voltean en cuanto quiero ordenarlas.  Nada pasa, dices, y yo siento que pasa todo.  O será que tal vez la realidad me comió las semillas de esperanza y fe que germinaban en el pecho.  Estos días solo he querido abrazos largos y ni cortos llegan.  Solo buscaba me hicieras el amor desde el viaje pasado y resulta que tampoco.  ¿Dónde estás? ¿Acaso no sé hablar en volumen que me escuches? Tal vez tengo que gritar para decir cómo siento un hoyo en el pecho. ¿A caso no merecemos el derecho de estar tristes y concedernos a desdicha algunos días? Quizás con la intención de escuchar que todo saldrá bien aunque nada esté mal.  Eso era todo.  ¡Eso era todo! Te siento lejos, y pareciera que te pedía guardaras silencio y te alejaras más.  Me siento cursi, me siento ingenua, estúpida al manifestar estos caprichos, ¿pero qué de esto no se trata cada mes? ¡Entonces díganme cómo hacerlo! Porque por dentro ya me estalló todo.  Porque quiero recorrer el mundo con los pies y tú solo con los ojos. Porque quiero saltar y tú gustas de hacer madera y fabricar sillas.  Porque en realidad me destruyen tus silencios, necesarios, pero no hoy.  

Otra vez me sentí terriblemente estúpida. 

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