domingo, 23 de enero de 2011

Me estás sucediendo

Sé que no estás, y sin embargo me estás sucediendo; siempre me sucedes.
Me pasas a todas horas, cuando más huyo de ti para hacer los deberes más complejos, me sucedes.

Siempre supe que el amor entre tú y yo sería a destiempo, a deshoras, en lugares y ocasiones complejas. Aún así, aún después; me acomodé a quererte. Y te quiero, siempre te quiero, en ocasiones te nombro; no para acordarme de tu nombre, no para sentirme fuerte, te nombro para saberme débil, para encausar mi tiempo, para no ser algo perfecto pues te aburrirías de mí.

Despedirme de ti siempre me es difícil, ahora me es más complicado. Ahora quiero que llegues cuando ya te estoy diciendo adiós. Y ahí también, me estás sucediendo, me estás seduciendo.

Tengo 26 años, y me has pasado en mucho de ellos.

Nunca supe de un amor como el tuyo, con una decisión tan larga, con una espera tan corta y tan deseada. Me creía fugaz entre tus ojos en aquellos años donde tus despedidas no significaban más que una vuelta lejana.

Y aquí, en el lugar donde muchas veces nos hecho el amor con cuerpo y con palabras, me estás sucediendo. Estás acariciando mi cabello, te estás enredando entre mis pestañas. Qué azul se distingue el cielo a las cinco de la tarde, que claro el silencio cuando tú me pasas.

Te extraño más allá de tu vida y de la mía, el tiempo nos inventó y yo nos disfruto, siempre nos disfruto. Sé que me equivoco, y que mis manos y mi boca suelen ser en ocasiones torpes, pero sé que nada sobra y nada falta para hablar de ti y de mí.

Pasarán los años y pasarán cosas, y yo te seguiré queriendo más que la primera vez que me robaste un beso y me hiciste tuya. Te querré más que la primera vez que dormí contigo, que me desnudaste toda de los pies al alma. Te querré más que la primera vez que te enfadaste conmigo.

Me sucedes, siempre me sucedes. A las cinco, a las cinco y cuarto, a las cinco y treinta; a todas horas. En el tiempo, en el espacio, en el día; de madrugada y noche me tienes sucediéndote.

2 comentarios:

  1. Tú también, siempre me sucedes.
    No tienes ni puta idea de cuánto te amo.

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  2. Es maravilloso saber que esa persona esta para tí, para sucederte, en el momento preciso, en el lugar indicado.
    Saludos.

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