miércoles, 29 de mayo de 2013

29 en mayo

He visto naciones enteras permanecer en guerra como permanece el Universo esperando que alguien más "estudidado" lo explique.
He visto montañas de personas vitoreando al mejor equipo de fútbol argumentando que es el mejor posado sobre la Tierra.
He visto madres llorando sangre de sus espaldas pidiendo por el hijo desaparecido, diciendo que éste jamás ha dañado a nadie, ¿por qué le hacen algo así?
He visto niños pidiendo limosna en las calles: descalzos, mugrientos, apestandos de la vida, drogados.  Dicen que no conocen otra forma de vivir; tú que vives en edificio, habitación individual, comida a tiempo, hogar con sueños, ¿la conoces?
He visto ciudades enteras desmoronarse por elegir al que creían su mejor candidato a gobernar sus tierras.
He visto campos secos llorando semillas de maíz, algodón, agraz y sal.
He visto padres sin reconocer las fechorías que harían sus hijos, solo por ser sus "hijos".
He visto mujeres arrancándose la fe de los dientes para darle a su fruto de conciencia propia, un lugar donde dormir en paz.
He visto cigarrillos consumirse buscando el perdón del amor que se fue.
He visto anillos flotando en los falanges proximales deseando una fecha diferente para su aterrizaje forzoso: darle empiezo al matrimonio.
He visto canales enteros llenos de cuerpos inocentes llevar en la frente la leyenda: "Pudo ser peor".
He visto rancherías llenas de flores en las instituciones religiosagubernapolíticas para saber si sus deudores se salvan de la fe acertada de otros.
He visto muertos caminando entre los vivos, esperando se les reconozca el deceso o mejor se les deje en "paz".
He visto galones de alcohol, derramarse por amores baratos.
He visto mililitros de agua, llenar un rostro por amores carísimos.
He visto rostros hermosos vertidos en alcohol, llorando por amores sin juicio ni pena.
He visto edificios caerse por tener falsa armadura.
He visto escritores escribir sobre sus amores fallidos y sus corazones rotos dando asco.
He visto noches enteras esperando ser sol al pie del mar de las melancolías.
He visto pulmones enfisémicos jugando a ser corazones cardiacos buscando morir de enfisema para saber cómo se siente estar descompuestos y felices.
He visto arañas con cabezas de leones sobre la cola de cebra que siempre discurre.
He visto cómo el mar se viste de desierto, solo porque no sabe cómo se sienten un Camelidae sobre sus hombros.
He visto al asaltante reírse conmigo; siempre le digo: "A mí me han dado ganas de quitarles hasta el nombre".
He visto oídos Cabrales hacerse gargantas Sabinas.
He visto angustias en formas de risa: todas dan risa.
He visto mujeres soñando ser otras mujeres.  He visto hombres soñando ser otras mujeres.  He visto mujeres soñando ser otras mujeres.
He visto guitarras dobladas de aflicción ante el encantamiento de la nueva amante.
He visto camas planchando sábanas nuevas.  He visto amantes llorando las viejas ropas.

En fin, he visto tanto a mi corta edad que, a veces pienso se me deberían quitar los ojos y todos los sentidos con los que pueda contar el ser humano.  Sin embargo, la única batalla real que he visto; la única que he cuidado toda la vida; que he tenido en secreto por orgullo y ego; aquella que es guerra fría porque es pan de cada día; esa guerra, es aquella que tengo a diario con el espejo, esa con la ególatra, con la mentirosa, con la diosa, con la enana, con la espina, con el uno, con el fuego, con la orgullosa, la purgatorio, la veneno, la miel, la lata, la pereza, la idónea, la perfecta, la esquizofrénica, la amante, la hija, la artista, la trabajadora, la novia, la nieta, la esposa, la paráfrasis, la radio, la tormenta, la pendeja, la tonta, la ésa, la ésta, la ella, la la, la mí, la ti, la tuya.  Sí, cuando las menciono a ellas, son la guerra más sincera y donde pierdo la blanca bandera.

domingo, 26 de mayo de 2013

Revolución

Una cucaracha salió en la cocina.  De repente volteaste y dijiste que no sabías de dónde provenía.  Yo te creí como todo y la vi con vida antes de que lanzaras sobre ella un golpe y la dejaras media muerta.
No he visto el lugar de dónde salen las demás, pero sí he visto cómo cada una de ellas luchan tras ser golpeadas, quemadas, tiradas, aturdidas en esta casa.  Quizás iba rumbo a una revolución y no la dejamos llegar.  Qué bueno, este país ya no está para revoluciones pendejas.

sábado, 18 de mayo de 2013

Gritar

Tengo tres días triste.  Es irónico pero, me siento como una maceta en el último piso de un edificio elegante. Me siento con tantas ganas de escupir letras y las ideas se me voltean en cuanto quiero ordenarlas.  Nada pasa, dices, y yo siento que pasa todo.  O será que tal vez la realidad me comió las semillas de esperanza y fe que germinaban en el pecho.  Estos días solo he querido abrazos largos y ni cortos llegan.  Solo buscaba me hicieras el amor desde el viaje pasado y resulta que tampoco.  ¿Dónde estás? ¿Acaso no sé hablar en volumen que me escuches? Tal vez tengo que gritar para decir cómo siento un hoyo en el pecho. ¿A caso no merecemos el derecho de estar tristes y concedernos a desdicha algunos días? Quizás con la intención de escuchar que todo saldrá bien aunque nada esté mal.  Eso era todo.  ¡Eso era todo! Te siento lejos, y pareciera que te pedía guardaras silencio y te alejaras más.  Me siento cursi, me siento ingenua, estúpida al manifestar estos caprichos, ¿pero qué de esto no se trata cada mes? ¡Entonces díganme cómo hacerlo! Porque por dentro ya me estalló todo.  Porque quiero recorrer el mundo con los pies y tú solo con los ojos. Porque quiero saltar y tú gustas de hacer madera y fabricar sillas.  Porque en realidad me destruyen tus silencios, necesarios, pero no hoy.  

Otra vez me sentí terriblemente estúpida. 

martes, 7 de mayo de 2013

Historia del yo.

Hay historias que aun con todo y su final, no tienen un comienzo.  Hay historias que lejos de ser inspiración, son secreto para hacerlas más duraderas y maravillosas. Y hay historias como la nuestra que merecen ser vividas.

Yo te vivo, también te muero.
Yo te espero, yo te espero.
Yo te conmemoro en septiembre y mayo.
Yo te escribo y te sonrío.
Yo te busco, yo te busco.
Yo te entiendo, te comprendo.
Yo te retumbo, te deseo.
Yo te mar y río.
Yo te nublo, te lluevo.
Yo sol y nubes.
Yo te fumo y te bendigo.
Yo te bebo, te encierro.
Yo te playa y bosque.
Yo te anuncio.
Yo te canto, te estaciono.
Yo te barco y muelle.
Yo te comparto, pregunto.
Yo te caricia y radio.
Yo te pájaros sin jaula.
Yo te espero, yo te espero.