lunes, 9 de enero de 2012

De la vida sé poco, de ti no sé nada, de mí lo sé todo.

De la vida sé cuánto cobra el metro de la ciudad de México y cuánto necesito para no transportme en él. Una vez cuando niña, aprendí a curarme los raspones solo con agua y con jabón, no con esos líquidos morados o de proceder dudoso que te ponen los padres o las enfermeras en algún centro de salud.

De la vida sé dónde debo de pararme para que el frío no me pegue la cara y así no se me arañen las ojeras que traigo casi hasta el piso. Cuando contaba con 16 años vividos aprendí que no puedes besar al novio de tu mejor amiga porque después ella besará al tuyo.

Sé también que se necesitan más de diez años para tocar cualquier instrumento musical, y que después de eso puedes conquistar cualquier chica sabiéndole mirar mientras luchas con algunas cuerdas entre los dedos. Hace poco aprendí que es muy peligroso hacer el amor con alguien que trae el corazón roto porque te puedes cortar con los pedazos y, no podría curarme con agua y jabón.

Aprendí que los colores en la lavadora no se mezcla porque puedes echar a perder algún vestido, en el amor suele pasar lo mismo, solo que aquí, se echa a perder el cuerpo; se hace cansado, pesado, se desorbita de una manera feróz, no logras más que acabarte los recuerdos.

De la vida sé que si me tomo una botella de ron, no sabré lo que hice la noche anterior, pero sí sabré que el dolor de cabeza es insoportable, que dos aspirinas no lo curan, y que todo sabe diferente.

No sé nada de la vida, como tampoco sé nada de ti. No sé a dónde camino, no sé a dónte tú vas. Sin embargo sé que el cielo nublado me recuerda tu corte de cabello, que los parques vacíos me recuerdan tu casa, y que las carreteras en la madrugada me hacen oler tu espalda. No sé nada de ti, pero, sí sé todo de mí.

Sé tanto de mí que me pongo triste porque saberte a ti es mirarse al espejo y verme sin tu presencia.

De la vida sé esperar de enero a enero para llamarte mía y llorar porque mi espejo solo me ve a mí a diario.

De la vida no sé nada, de ti se poco, de mí se todo.

2 comentarios:

  1. Nada como saber que aún, hay mucho que aprender en la vida.

    interesante blog.

    un saludo

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  2. Como siempre me encanta lo que escribes, de la vida nunca se sabe nada eso es lo rico de irla descubriendo día a día aunque a veces duela, del ser amado tampoco hay que saberlo todo porque a veces no se puede vivir con la verdad, pero en definitiva siempre hay que saberlo todo de una, para saber pelear cada batalla y no morir nunca en el intento!!!

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