martes, 10 de diciembre de 2013

Quise

Quise cometer muchos pecados, pero no encontré en mi agenda tu número telefónico.  
Quise romper en llanto por tu ausencia pero, ya son muchas las inundaciones que afectan a mi país. 
Quise decirte que te extraño y que no hace falta que pienses en mí, y para esto, no encontré un pero. 
Quise callar a Buika mientras la escucho cantar "No habrá nadie en el mundo" pero, no; no habrá nadie en el mundo. 
Quise secarme los gritos silenciosos a mi guitarra, sin embargo, solo conseguí una cuerda reventada sobre mi cara. 
Quise darte todas las flores del mundo, y recordé que los floreros más tristes son los que guardan recuerdos. 
Quise amontonar todas las olas del mar en tu cabello pero, no sé respirar bajo del agua. 
Quise quemar tus cartas y echarlas a volar al viento del olvido.  No lo hice.
Quise hacer ruinas todos los castillos, pero me enamoré de las heridas. 
Quise recortar pájaros del cielo y amarrarlos a mis tenis viejos para volar lejos pero, no supe con qué aguja destruir el nido. 
Quise correr cuando mis pies ya estaban descansando, y, entonces, me volví a borrar la sangre de las rodillas.
Quise unirme al grito de mi país; a su dolor de niño, a su dolor de madre olvidada, a su dolor de padre abandonado, a su dolor de viejo perdido.  Me faltó valor. 
Quise platicar con la niña del espejo; con la de las ojeras grandes; la de los ojos chicos; la del pasado.  No logré que se quedara a jugar conmigo esa niña, ahora le parezco aburrida y preocupada.  Ahora le parezco una persona adulta, y eso me hizo querer más que nunca no olvidar. 

Quise.
          Quise.
                    Quise.
                             Quise.

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