Ven, aunque yo te pague el de ida y vuelta; ven.
Ven, a calmar el roce de mis manos con mi cuerpo.
Ven e invítame una cerveza, yo te invitaré el mundo.
Ven y pídete permiso para saber quién eres y buscarte.
Ven y dile a tu espejo que hoy quieres vestirte con los ojos cerrados.
Ven a contarme de sueños sobre almohadas sucias y recuerdos limpios.
Ven a callarme la boca con razones válidas inteligentes e invariables de nosotros.
Ven y dime que me equivoco cuando hablo de tu miedo y mi té con miel de abeja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario